Era una taberna cutre con un dueño guarro, o puede que tal vez fuese una taberna guarra con un dueño cutre. Lo cierto es que hasta allí habían llegado las noticias. El rey había convocado a todos los caballeros de aquella tierra ofreciéndoles la mano de su hija. El que mostrase la habilidad más sorprendente, se casaría con la princesa y heredaría el reino.
Muchos caballeros acudieron a la llamada. Todos hicieron demostraciones de fuerza, habilidad y de ingenio, pero ninguno impresionó a la princesa. El último candidato, en lugar de hacer el tipo de exibiciones que los anteriores, hizo una serie de cabriolas y bailes ridículos. El rey, sintiéndose insultado, iba a mandarlo apresar, cuando la princesa sonriendo lo eligió como marido.
-¡Pero hija, si no es más que un bufón!
-Ha sido el único capaz de sorprenderme.-respondió la princesa.
-Fíjate bien -dijo el rey indignado.- ¿que clase de caballero se comporta así?
Entonces el caballero sonrió y se dirigió al rey.
-Soy un caballero danzante.
Diego Escudero
martes, 8 de julio de 2008
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4 comentarios:
Podria trasladar ese relato a la vida real perfectamente.
A mi personalmente me sorprenden mas los bufones que los caballeros narcisitas y hombrunos ^^
muy buen relato!!!!
jajajaja
mientra voy danzando
voy comentando
y a mi amigo digo,
lo que me he reido.
juasjuasjuas
un saludo
Me encantan este tipo de relatos. He visto en tu perfil que algunas personas no han visto un gnomo, ¡hay que ver!, yo tengo en casa unos "dioses menosres", que el día que menos falta hace, se me meten en el bolso y la lian, ¡me cachis!!!
Saludos
jejeeje....
muy bueno
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